El debate sobre el transhumanismo

Sophia, en la Feria IoT (Internet of Things ), en L’Hospitalet de Llobregat, el 4 de octubre del 2017. Sophia es la primera máquina en obtener un estatuto de ciudadanía: la de Arabia Saudí, en el 2017. Todavía se comenta el hecho que este robot de aspecto humanoide tenga “derechos”. Esto es muy relativo pero probablemente Sophia ha sido más escuchada que cualquier mujer en la represiva sociedad saudí. Llibert Teixidó)
Sophia, en la Feria IoT (Internet of Things ), en L’Hospitalet de Llobregat, el 4 de octubre del 2017. Sophia es la primera máquina en obtener un estatuto de ciudadanía: la de Arabia Saudí, en el 2017. Todavía se comenta el hecho que este robot de aspecto humanoide tenga “derechos”. Esto es muy relativo pero probablemente Sophia ha sido más escuchada que cualquier mujer en la represiva sociedad saudí. Llibert Teixidó

Después de definir el concepto de transhumanismo no hay otra duda en nuestras cabezas que la de de "¿para qué sirve?" o "¿cómo podemos aplicar esto a nuestra vida?". Porque sí, a pesar de que tenemos mucha tecnología a nuestra alcance todavía existen los fallos y los fracasos.

El transhumanismo apuesta porque la evolución darwiniana ha llegado a su límite y ahora es tiempo de desarrollar la inteligencia artificial. Los expertos siguen dando vueltas a la idea de la singularidad y siguen presentando todo tipo de hipótesis. Por ejemplo Elon Musk, que no deja de reiterar la idea y apuesta de que el ser humano se imponga a las computadoras. 

En el cine se encuentran muchos ejemplos de qué pasaría si las máquinas dominasen a los humanos. Pero sin duda el mejor escenario para todos es una comunión entre humanos y máquinas. Aunque tampoco hay que olvidar que el transhumanismo corre el riesgo de rebajar a los humanos y que esa comunión sea complicada. 

Este tema ha generado un intenso debate intelectual y científico. El profesor de la Universidad Autónoma de Madrid Javier Monserrat dice lo siguiente: “nos podemos plantear si es posible hablar de identidad ontológica y funcional entre ordenador y ser vivo. En mi opinión, no es posible. Uno y otro funcionan de diferente manera”. Así, “entre el teléfono móvil y yo intercambiamos datos, pero nada más”.

Pero los problemas que puede generar la relación entre humanos e inteligencia artificial creemos que pueden ser algo más de ciencia ficción que de realidad. El debate es extenso y el teólogo La Parra menciona lo siguiente: “siguiendo a Xavier Zubiri, la inteligencia humana aprende realidades, y la realidad no se reduce a datos que nos llegan por sistemas automáticos, una realidad digitalizada, facilitada, que no plantea preguntas. Y, como dice Ortega y Gasset, nos damos cuenta de la realidad cuando nos plantea preguntas”.

La respuesta por parte de los desarrolladores no puede ser otra que el apoyo al transhumanismo y la sensatez que hay en ello. Apoyan que la inteligencia artificial es ética y responsable que solo busca hacer del mundo algo mejor. Ellos postulan que la clave está en la educación. 

El debate sigue y seguirá abierto. A día de hoy ya existen máquinas que superan al humano. Ahora solo queda pensar ¿puede pensar una máquina? U otra pregunta mejor ¿cuánto tardaremos los humanos en conseguir que una máquina piense?

Fuente: FLORES, Félix (22 diciembre de 2019). ¿Transhumanismo para qué? en La Vanguardia. Recuperado a 20 de diciembre en este enlace

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